-¡Illo! ¿Quieres saltar ya, mongolo?
-¡¡¡ARRRGHHH!!!¡¡PEDAZO DE MIERDA!!
-¡Me cago en las putas hormigas psicotrópicas!
-No, Dama. Eran hormigas hiperhormonadas.
-Ah, eso.
-¡¡Odín!!¿Quieres dejar de olerme el culo?
Escribir estas palabras, tal y como sonaron, en el orden en que sonaron, sin explicar la situación es totalmente inefable.